Estoy vivo, pero sin dormir.

Es de noche, el sueño no es que me esquive, es que me planta cara y se me pone chulo, intento dormir y cada vuelta en la cama es una gotita más en el vaso de la impaciencia por dormir y la mala leche por no conseguirlo, el viento, que no ha dejado de soplar durante todo el fin de semana, alcanzando rachas de 100Km/h., es uno de los motivos de mi insomnio, otro es que no sé a qué iluminao se le ha ocurrido hacer que sean fiestas de la zona en la que vivo, como si de un pueblo se tratara. Decidieron hace 3 años sacarse de la manga las fiestas de Montecanal, que consisten en poner una discomóvil, esto es una rulot con un tío poniendo música a toda castaña, que da una penita el pobre, ahí solo, en una plaza y sin nadie escuchandolo, porque bailar no baila nadie, con música de lo güeno lo mejor, Paquito el chocolatero, el aserejé, el tractor amarillo... ¿A quién se le ocurriría? Porque sacarse de la manga unas fiestas en una zona residencial de chalets y unifamiliares donde la gente ha ido a vivir por tener tranquilidad y sosiego, y si quieren fiesta se la hacen en sus jardines con sus amigos, es de una inteligencia que raya la genialidad. Seguramente así trinca mosca por algún lado, pero a costa de que los que vivimos ahí tengamos un fin de semana al año un ruido de cojones hasta las tantas de la noche. Por fin terminan los fuegos artificiales que más bien parecen una traca de petardos tirada por algún crio y me voy a la cama, el viento me ha ayudado, ya que ha soplado en contra del sonido y, quieras que no, ha amortiguado el ruido.
Por fin parece que el viento amaina, ya escucho los crujidos de la casa…cuando de repente, como si estuvieran bajo la cama, empiezo a oír el “Metalway Festival” que, como todo lo que ocurre en esta ciudad de improvisación y estupidez, han decidido instalarlo, como no, en la zona antes citada que es la mía, para que así el sonido campe a sus anchas y no deje dormir a nadie y para colmo, el último concierto empieza a la 1:50h de la madrugada para que así, hasta las 3 de la mañana no pegue ojo ni el gato y ya que los animales se suman al insomnio forzado, los perros de los chalets vecinos se unen a el estruendo con sus aullidos… Menudo fin de de semana me han dao el viento, la discomóvil, los Heavys y los perros.