Días en los que no tengo prisa.

>> sábado, 22 de noviembre de 2008

Siempre me ha gustado mirar a la gente, cuando viajo a otro país u otra ciudad, intento sacar un día sin ningún plan, ninguna visita, de esos que aparecen en blanco en las agendas y dedicarlo a pasear, dejo planos, guías y chuminadas tecnológicas como “gepeeses” , cojo mi cámara y tempranito salgo a caminar, me mezclo entre la gente. Me gustan los días laborables para perderme, me convierto en uno más, pero con la ventaja de que no voy a ningún sitio en concreto, ni tengo prisa, solo miro y sigo a la gente, entro en mercadillos, veo como compran, caminan. Me gusta sobre todo cuando estoy en una pequeña ciudad o un pueblo, donde la gente se conoce. Si hace bueno, me gusta sentarme en una terraza con una cerveza y observar como se paran a charlar entre ellos, como se saludan. Esos días me doy cuenta de que las personas son básicamente buenas, no somos tan malos y si pusiéramos un poquito de nuestra parte, si no rosa, si podríamos hacer un mundo mejor.

Día lluvioso en Paris.

2 Pasearon y charlamos:

Yuria 22 de noviembre de 2008, 21:10  

Hola, mi querido amigo. Qué vamos a ser malos.Sobre esto que dices, me pasó algo parecido. Iba al colegio a trabajar y en el patio ya llevaban un rato los chicos mayores,no llegaban con la hora justa, sino que estaban allí relacionándose, hablando, compartiendo... y se dice que los mejores maestros son los niños, yo los veía y pensaba que eso era fraternidad.
También pasa todavía en pueblos y ciudades pequeñas, o lugares concretos de ciudades más grandes, que la gente aún se habla y "se quiere", y esto es muy bonito.

Feliz fin de semana.

Estela 23 de noviembre de 2008, 13:01  

No hay nada como sentarse en una calle muy concurrida de cualquier ciudad del mundo y ver pasar a las personas.... es un situación increible de contar... un beso muak...

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