Profesor, la crisis se me ha comido los deberes.

Cojo el periódico de ayer y veo en una esquina que “Tráfico justifica el incremento de accidentes a la crisis” y me tiemblan las piernas, digo ya está, hemos viajado en el tiempo y es 28 de octubre de 1929, lunes negro, la gente se tira desde las ventanas, pero como ahora todos tenemos coches, la gente se está estampando contra to lo que se menea, así es menos escandaloso que quedar convertido en papilla en medio de la acera. Pero sigo leyendo y no, resulta que este “iluminao” de la seguridad vial que es el director general de tráfico, dice que la gente va tan preocupada con la crisis que nos quedamos gilipollas al volante y plegamos la servilleta pensando en si llegaremos a final de mes.

Ya me imagino a este señor recopilando todos los datos, no del accidente, sino los económicos de los que conducían para ver si la empresa en la que trabajaban está saneada, si la hipoteca la tenían al corriente de pagos, si las acciones de los conductores cotizaban al alza o a la baja…me lo imagino entrando en su casa con todos los expedientes y diciéndole a la parienta, cariño hoy no ceno que tengo que investigar la economía de estos 180 fallecidos para averiguar lo que pensaban cuando se accidentaron.

La suerte que tiene este señor de poder tirar balones fuera y culpar a algo que no se pueda demostrar en vez de decir que las carreteras tienen deficiencias o que el carnet por puntos no está cumpliendo las expectativas. Manda güevos que este señor cada vez que abre la boca la caga. Lo siguiente puede ser que los que se accidentan lo hacen adrede para joderle las estadísticas.